Un’orchestra nella sera

En los años 30 y 40 del siglo pasado, la importancia de las orquestas en el mundo de la música ligera italiana era sin duda fundamental. Los cantantes estaban considerados como parte de la orquesta, situados solo un pequeño escalón por encima de los músicos, y a menudo sus intervenciones se reducían a unas pocas líneas musicales, precedidas y seguidas por largas introducciones y epílogos orquestales. El director de orquesta era el auténtico dominus de la situación, muy celoso del grupo de cantantes que grababan los discos con su orquesta, a los que iba eligiendo cada vez para las sesiones en el estudio de grabación. Luego las cosas cambiaron y la situación dio un vuelco cuando los cantantes empezaron a conquistar una gran popularidad individualmente (sobre todo gracias al Festival de San Remo) y se convirtieron en los auténticos divos del momento, oscureciendo la figura del director de orquesta. El relato musical de esta lista de reproducción nos presenta a las orquestas en lo mejor de su evolución instrumental a través de una serie de grabaciones sin intervenciones vocales, una especie de banda sonora ideal para disfrutar de una velada de baile pasando del tango al fox trot y de la rumba al mambo, con algún momento dedicado al puro entretenimiento, como la curiosa versión de Canta lo sciatore. Abre el baile Gorni Kramer, que en realidad lo cierra también, pues el Remark que aparece al final de la lista no es otra cosa que su apellido leído al revés.