El rock and Roll en Italia
Ritmos y bailes americanos estuvieron en Italia a partir de los años veinte y un importante filón de nuestra canción que se desarrolló en a la Segunda Guerra Mundial fue gracias a la influencia del swing. En los años cincuenta el proceso de americanización se desarrolla de manera veloz y en el rock and roll se identifican las nuevas generaciones que apuntan a un cambio. El baile y su cultura se implantan de manera insólita y transversal, estimulando la carrera a la imitación, creando híbridos y parodias desacralizadoras.
NAPOLI Y LAS BASES DE OTAN EN LOS ANOS 1950
(Marilisa Merolla)
Mucho más que las visitas escolares, fueron los encuentros recreativos como las fiestas, los bailes, los espectáculos y conciertos, los verdaderos momentos de integración cultural, cuando se copiaron directamente de los coetáneos americanos las nuevas tendencias en vestuario, baile, música, canciones gritadas, también aquellas italianas – Volare – reexaminadas en enérgicas interpretaciones de pura marca estadounidense. Un verdadero salto en la emancipación lo hicieron las chicas, empezando por el grupo escolar los “Shermanettes”, el primer complejo musical femenino de Nápoles. Hombres o mujeres, napolitanos o americanos, todos se volvieron locos por las bandas de rock and roll hechas en casa como Willy and the Internationals, el grupo compuesto por los estudiantes del Sherman School de Frank Piraino, Bill Meyers y Bill Dowling y de tres universitarios napolitanos Geppino Savarese (Willy), Claudio Castaldo y Franco Ferrante, que habían conseguido un contrato con la casa discográfica VIS Radio y una aparición en televisión gracias a una endiablada versión de Lucille, del impactante rocker negro Little Richard.
Marilisa Merolla, Rock’n’Roll Italian Way. Propaganda Americana e modernizzazione nell’Italia che cambia al ritmo del rock (1954-1964), Coniglio Editore, Rm, 2011, p.32.
TU VUO’ FA’ L’AMERICANO
(Alessandro Portelli)
La cultura de masa de la Italia provincial se defendió tratando de absorber con lo mínimo daño posible el desafío de los productos americanos (…). Pero el hecho significativo es que, mientras tomaba el pelo al rock and roll, también Tu vuo’ fa l’americano fue una de las canciones italianas que mejor se valieron del estilo del rock and roll. Por lo tanto, más que un acto de oposición a la nueva música, es una tentativa de asimilarla haciéndola familiar, convirtiéndolo al estilo napolitano como una especie de irónico Posillipo-rock que desviste la novedad extranjera y agresiva de su forma aliena y extraña (…). Esta música americana se ha volcado hacia nosotros, sin preavisos y sin discriminaciones. Nos faltaron los instrumentos para distinguir, en el rock, los muchos filones y las variadas tradiciones (Por ejemplo, la primera vez que escuché Tutti Frutti fue en la versión de Pat Boone: a la fuerza, después, me percaté de que Pat Boone era un fenómeno (todavía peor que eso, The Great Pretender la escuché cantar por Flo Sandon’s antes que por los Platters).
Alessandro Portelli, Elvis Presley è una tigre di carta (ma sempre una tigre), in AA.VV. La musica in Italia, Savelli Rm, 1978, p.12 e 60.
RICKY GIANCO: ROCK AND ROLL A LA ITALIANA
(Luigi Manconi)
Gianco es, ante todo, una guitarra rock y uno que canta “Ciuli Fruli” (Tutti Frutti) como Dios manda. (…) es fácil decir: pero Little Richard es otra cosa. ¿Y entonces? Aquí, en Italia, en nuestra provincia, necesitamos hacer nuestros aquellos ritmos y aquel Little Richard y lo que de loco evocaron: Ricky Gianco y otros como él ofrecieron la versión más apta a nuestras exigencias. No solo daba un sentido propio a aquella pieza y a aquel título en italiano macarrónico sino que lo trasformó en algo adaptable, maleable, manipulable como un chicle. Además ¿estamos seguros de que la versión live de “Ciuli Fruli” de Little Richard es superior a la de Ricky Gianco? En realidad, la voz y la entonación de Gianco son aquellas clásicas de la melodía tradicional pero adaptada a la nueva sonoridad.
Luigi Manconi, La musica è leggera. Racconto su mezzo secolo di canzoni, Il Saggiatore, Mi, 2012, p. 95.
BRUNO DOSSENA Y LOS REBELDES SIN CAUSA NACIONALES
(Dario Salvatori)
Bruno Dossena, el primer y más popular bailarín de rock and roll italiano, se estrelló con su coche el 17 de abril de 1958 (…) en la autopista de Bérgamo- Milán, atropellado por un autocarro que iba a gran velocidad en la oscuridad y fuerte lluvia. Muerto en el acto (…). En las salas de baile, dónde bailaba desde 1951, ya era popular: 38 fueron sus copas y medallas, incluido el título italiano de boogie-woogie y el campeonato del mundo de Be-bop (título conquistado en Lione en1955), como curiosamente fue definido a veces el baile, asociándolo, completamente erróneamente, al jazz moderno (…) Al Santa Tecla, histórico salón nocturno milanés, templo del rock and roll, se fue para escuchar Adriano Celentano, Giorgio Gaber, I Campioni, Tony Dallara, Clem Sacco, Guidone, Ghigo, pero las noches realmente especiales fueron aquellas en donde Bruno Dossena se desmelenaba sobre el palco, demostrando a todos aquellos jóvenes talentos lo que se podía hacer con aquel ritmo procedente de América. Su modo de bailar era puro instinto, musicalidad, expresión de la libre movilidad (…). Bruno Dossena ha sido el primero héroe del rock and roll. Para los apasionados milaneses indudablemente un mito, pero también la primera víctima trágica, el emblema de una juventud alegre e improvisada, pálida como melancolía secreta, pero extraordinariamente lleno de energía, capaz de electrizar y de hacer felices a los demás.
Dario Salvatori, Rock Around the Clock. La rivoluzione della musica, Donzelli, Rm, 2006, p. 151-153