DIALECTOS Y FOLCLORE

Italia posee un rico abanico de cantos regionales testimonio de tradiciones transmitidas por los dialectos que en buena parte todavía están muy vivos. El folclore, en una versión edulcorada y purgada de muchos de sus componentes territoriales, ha sido el centro de la política cultural de los veinte años de fascismo, para después extinguirse virtualmente en los primeros años sesenta con el cumplimiento del milagro económico. Incumpliéndose las condiciones históricas y sociales que lo hacían posible, este patrimonio se recupera en forma de revival y vuelve a proponerse en ocasiones espectaculares, festivales, discos y programas radiotelevisivos. Por un lado, se aprecia la diversidad cultural que manifiestan estas tradiciones, hasta el punto de englobarla en un gran proyecto político de oposición. Por otro lado, esta se falsifica revistiéndola de vestidos improbables – sonoridad, voces, arreglos completamente extraños. Después de décadas de silencio, en los años noventa se asiste a una vuelta del folclore auténtico, por lo menos en las intenciones: ya no se busca el planteamiento filológico ni lo contrario - su acondicionamiento según las lógicas de la canción comercial - encontrando un público más interesado. En la era digital el folklore ya no se ve en términos de oposición a la cultura hegemónica sino como un recurso y opción diferente con respecto al paisaje sonoro dominante. Entre los fenómenos más representativos sobresale el revival de la pizzica salentina, alrededor de la cual se ha formado un movimiento cultural de proporciones internacionales. Algunos segmentos especializados se han adaptado a la nueva tecnología, desde la tradición de los canta -historias hasta los bailes de las plazas. Esto es especialmente relevante en las áreas del Sur: en Calabria (la región líder en discos de mercadillo), Sicilia, Cerdeña, Campania y Abruzos la canción dialectal conserva su ‘núcleo duro’ configurando no específicamente un género folclórico, pero si "popular-urbano-moderno" con contenidos muchas veces de doble sentido, nostálgico-sentimental, religiosos y a menudo indulgentes con respecto al comportamiento pícaro y bandido.