MÚSICA DE BAILE

En los bailables y en la música de baile se pueden individuar, mejor que en otras secciones del portal, las múltiples influencias extranjeras que en Italia se han arraigado de una manera original. El vals, antes que nada, que tiene origen franco-alemán, y el tango, proveniente de Argentina. El primero, entra en los repertorios de las orquestas populares en la segunda mitad de 1800 para difundirse en forma de canción durante el siglo sucesivo. El segundo, cuyo origen tiene una gran contribución por parte de nuestros emigrantes, llega a Italia en 1913, a través de París, y se difunde desde el principio en las salas de baile, después en las canciones, dando vida al subgénero canción-tango. Ambos, junto a otros bailes de origen europeo como la mazurca, la polca y el pasodoble, confluyen en el baile de salón, aquel estilo de baile que desde la región de Emilia- Romaña hasta la Sicilia ha extendido sus raíces englobando poco a poco tradiciones extranjeras y regionales. Otra área importante está representada por el baile americano, cuya fortuna aumentará con la entrada del jazz. Con el cambio de siglo, la maxixe brasileña y el cake-walk fueron acogidos favorablemente por el público cosmopolita y a partir de aquel momento, one-step, fox-trot, boston, charleston remplazaron los viejos estilos continentales infundiendo expresividad al movimiento. Esta sección también presenta una vasta gama de tradiciones autóctonas, desde la tarantella – icono de la italianidad y presente en todo el sur- hasta el saltarelo, practicado en la antigua Roma y todavía hoy difuso en el centro de Italia. Los bailes de origen campesino fueron promovidos en el fascismo, gracias a una política de autarquía que favorecía las tradiciones de casa. Pero después de la Segunda Guerra Mundial se vuelve a bailar ritmos importantes y en la Italia liberada proliferan por todas partes, se sur a norte, salas de fiesta en las que la java francesa, la rumba cubana y el boogie-woogie norteamericano se instalaron rápidamente al estilo italiano dando vida a canciones que suenan ya modernas, en los albores del milagro económico.